martes, 12 de marzo de 2013

CÓMO RECORDAR A UN HÉROE


Por: Sergio Alejandro Gómez
Puede que sea estudiante de historia, y así mismo, que sea estudiante del Externado, pero primero que nada soy ñoño, friki o como gusten llamarle, disfruto de los cómics y demás historias, y por supuesto disfruto aún mas de crearlas, y he evidenciado en mi carrera que las historias reales son aún más impresionantes que la ficción.
Creo pues en héroes de todos los tipos, mártires, iconos, legendas, mitos, reales, ficticios. Los héroes son esos que se elevan por encima del mortal promedio y protagonizan por instantes los trazos dados en las historias, dando al resto algo por lo que levantar la cabeza y mirar alto.
Hay súper héroes y héroes nada más, y quiero recalcar ese súper, porque nada es más impresionante que la muerte de un súper héroe, pero el cómo lo recordamos es lo que les da el “súper”.
Cuando muere Superman, o Spiderman, o Batman o incluso Linterna Verde se les puede recordar por las vidas de miles o incluso millones que salvaron, la seguridad que trajeron o incluso la fe que revivieron, se les recuerda como grandes caballeros que siempre supieron cuando salir a luchar por la justicia, ser un ojo vigilante en medio de la noche, un amigable vecino y no dejar que ni en el día más brillante o la noche más oscura la maldad escapara de su vista.
Pero hace un año murió un héroe, un héroe real, un héroe de Bogotá, un ejemplo de héroe.
El héroe del que les hablo lucho contra un villano llamado “ignorancia”, y fue una lucha de más de medio siglo, se levantó cuando más era necesario y consigo otros lo hicieron, clamaron un “¡¡NO!!” con sangre en su garganta levantándose ante la noche más oscura y sembraron con sus actos, ejemplos y buenos deseos una generación que creciera protegida contra aquello que ellos vieron como un mal.
Aun con las situaciones en su contra él tenía un ideal, una idea, una vocación, y esto se convirtió en un escudo que fue a prueba de balas, prácticamente a prueba de todo.
Hace un año este héroe se fue, héroe por derecho propio tras batallar en nombre de los que no sabían cómo hacerlo, por dejar una huella y marcar una pauta y con ello ser más útil para muchos de nosotros que Superman, Spiderman, Batman o cualquier otro que se pudiera mencionar. Partió en un cuerpo cansado, de una vida mortal, y con ello, tal y como en los más legendarios cómics, se hizo inmortal en sus actos y enseñanzas, en su legado y en quienes lo viven día a día.
En este artículo brindo un sencillo homenaje a quien en mi concepto es un súper héroe, en este, el aniversario de la muerte del Profesor Fernando Hinestrosa. Nosotros quienes recordaremos su obra no olvidaremos que en el día más brillante o en la noche más oscura la ignorancia no escapara ni será perdonada a nuestra vista.

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